prueba contundente
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Galpón de fábrica abandonada.
un grupo de chicos vestidos de blanco.
sentados, dibujaban y sonaba música de fondo.
la consigna: Iluminación.
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Mas tarde llegamos a una obra en construcción.
Paredes de diferentes alturas y tamaños.
Descubrimos un taller de G. con mucha gente trepando las paredes, haciendo acrobacia y bailando en el aire colgados a lo De
Nos metemos en el taller, y la consigna es ponerse de a dos, cerrar los ojos, agarrar al otro de la mandíbula (específicamente la unión de la dentadura superior con la inferior) - lo que en ese lugar llamaban “la sudadera”- y hacerlo girar. Sensación: mi compañera me agarraba de la mandíbula, y me hacia girar.
Yo sentía las vueltas, pero mis pies siempre giraban en el mismo centro. (awesome).
Cuando me toca hacer girar a L. no puedo porque le agarra ataque de risa.
Cuestión que todo esto siempre en el piso, lo de trepar los muros y bailar por los aires estaba reservado solo para los mejores bailarines del taller.
Miramos hacia arriba, y vemos a un grupo de africanos cantando gospel en la cima del muro, acrobacias de por medio.
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Sigo volando por esta ciudad de alturas extrañas (todo allaaaaaaaaaaa arriba)
Llego a mi balcón.
Viene G. del continente asiático, y se instala a vivir conmigo.
Se va mucho por los muros (no por las ramas) y en una desaparece.
Lo busco. Se habrá estampado contra el piso?
En eso lo veo trepándose a los muros del taller de acrobacia, mientras se van derrumbando.
Pero no se derrumban como si fueran de ladrillo, sino como si fueran de agua, o algo mucho más blando.
G. se salva.
Balcón.
Pucho.
Charla.
Besos.
Y la última pitada.
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En eso, un paisaje enorme, de montañas.
Vamos caminando hacia un pico.
Un grupo grande de gente.
Al costado del camino vemos tigres cachorros, y muchos osos (panda y de los otros) descansando muy panchos.
También vemos a una especie extraña de aves (entre avestruces y ñandúes) que caminan al lado nuestro.
Una se acerca y me picotea en la pierna.
La agarro de las plumas y la tiro contra el piso.
Seguimos caminando.
Llegamos a la cima.
Nos sentamos y observamos a lo lejos una especie de halcón humano gigante elevarse hacia el cielo.
Plumas blancas y negras en las alas. El cuerpo negro, con forma de humano.
Se eleva muy alto y empieza a sobrevolar el sector.
Se acerca hacia nosotros y viene directo hacia mí.
Me muerde, me pica, me ataca.
Dentadura repugnante, dientes rojos y anchos.
Viene a matarme, a vengarse.
Me doy cuenta de que es un sueño.
Pero igual siento que me arranca la piel.
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Suficiente para una noche.
Desenredo alambres.
Junto los huesos.
Y exorcizo!
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